Cambiando de tema. Hoy... bah... ayer por la tarde caminando por el centro de la City rosarina, en pleno paro, me encontre con un pequeño espectáculo para deleite de la cotidianidad de mi vida...
En la Plaza Montenegro, ubicada en San Martín y San Luis, nos sentamos con Emi a disfrutar de la tarde... y de un par de tortas fritas... Ja!!
Al empezar a caerse las migas al piso, cientos de palomas comenzaron a rodearnos. No se si habrá sido porque casi no habia gente (esa plaza es siempre una locura porque hay parada de colectivos) pero estas pequeñas amiguitas comenzaron a tomar confianza.
Hacía mucho q no se sentía así. Por unos momentos me sentí plena. Satisfecha con mi vida. De sólo observar a estas criaturas, que no necesitan más que la mano de Dios para sobrevivir. ¡Qué ciegos que somos los seres humanos! Si Dios le da cobijo y alimento a estos seres... ¿cómo no va a cuidar de nosotros si somos sus creaturas predilectas?
Quiero abandonarme un poco más a los obstáculos de la vida, siempre hay algo que aprender a cada paso. Mantener la calma sobre todo y confiar en mi capacidad para encontrar las soluciones.
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